Una de las cuestiones que se me presentan cuando le hablo a personas sobre la tecnología ADN RAM, es que muchos rápidamente me preguntan si no será un timo como lo de las pulseras. La tecnología en la que se basan algunas de las pulseras también tiene que ver con el uso de minerales que emiten iones negativos, pero las más famosas y muchas otras que salieron al mismo tiempo, todo y usar un tipo de tecnología parecida, no funciona.
Esto es bastante sospechoso, sobretodo cuando vemos que algunas pulseras en un principio funcionan pero luego a los pocos días dejan de hacerlo. ¿Cómo puede ser que ese producto deje de funcionar, mientras que las tarjetas tienen un rendimiento de más de 10 años? ¿Cómo es que desde que se venden las pulseras no se ha solucionado ese problema? Esas preguntas después de replanteármelas durante un tiempo, me hicieron llegar a una conclusión, que está bastante en línea con lo que los medios de desinformación llaman “Teorías de la Conspiración”.
A través de Internet llevo muchos años, observando como trabaja el poder en la Sombra y como los medios de desinformación, usan la Psicología de masas, para manipular a la gente y seguir teniéndola controlada. Cuando va a salir algo, que pone en peligro el sometimiento del poder en la sombra hacia los ciudadanos rápidamente se ponen los mecanismos para acabar con eso que amenaza sus oscuros intereses. Ya sea acabando con la vida con las personas detrás de esas propuestas o descubrimientos (Stanley Meyer creador del motor de agua), o difamándolas y montando una campaña de desprestigio hacia ellas, tratando de hacerlas pasar por locos (como pasó con Wilhelm Reich, Hamer, etc…).
Algunos investigadores, hablan que detrás del establecimiento del comunismo en Rusia estuvieron los mismos que controlan el sistema bancario, tratando de apropiarse de las teorías de Marx, y llevándolas a la práctica de una manera que la opinión global pensara que es un sistema más injusto que el capitalismo genocida que está agotando al planeta como un cáncer.
Esa estrategia de adelantarse a la alternativa, y crearla ellos mismos, para poder controlarla y luego desprestigiarla delante de la gran masa, es la que han hecho con las famosas pulseras.
Este gobierno en la sombra que está detrás de la mafia farmacéutica, y de la industria de la alimentación (Rothschild, Rockefeller, Warburg, Jp Morgan y cía), saben que la medicina energética y vibracional es la medicina del futuro, y por eso su negocio de venenos químicos peligra más que nunca. Por eso mismo, se adelantaron creando una empresa que vendiera productos de ese tipo, que rápidamente pasó a los medios de comunicación, llevándolas muchísimos famosos en la tele, para que todos nos enteraramos de las bondades de ese producto.
Sabiendo como funciona el sistema, y que cuando algo es bueno para la mayoría de los humanos, hacen lo que sea para silenciarlo, como pasa por ejemplo con el agua de Mar, que podría acabar con los problemas de hambre en el mundo, y con la necesidad de transfusiones de sangre, como demostró Renee Quintón a principios del Siglo XX. Pero al ser un bien que no es patentable, se han tapado esos descubrimientos que podrían salvar millones de vida al año. ¿Cómo puede ser que el mismo sistema que se encarga de tapar lo que nos puede salvar de la dependencia de la gran industria alimentaria y farmacéutica, el agua de Mar; se dedique a promocionar en un mes el uso de unas pulseras mágicas que quitan dolores y mejoran la salud sin necesidad de tomar fármacos?
Evidentemente eso fue una estrategia para crear una moda basada en un producto que no funciona, que rápidamente los medios desprestigiaron, y a lo que se añadió una multa simbólica de 15000 euros después de haber vendido millones de pulseras. La intención detrás de todo esto es que luego las personas se sienta más reacias a probar otros productos en la línea parecida, que van a quitar esclavos del sistema farmacéutico.
Estas estrategias de control de masas, cada vez tienen menos efecto en el sistema, porque poco a poco la gente va despertando, y el boca a boca tiene más efecto que lo leído en los principales medios, los cuales están perdiendo su credibilidad a pasos agigantados.
